martes, 24 de mayo de 2011

Hoy no escribo por mi, escribo por ellos, por su amor secreto.
Veo sus miradas. Apenas pueden ocultarlo y tienen miedo. Miedo a ser descubiertos y nunca poder amarse de nuevo. Tan frágil y a la vez tan fuerte. Un sentimiento demasiado grande para unas vidas tan cortas. Apenas 16 años y solo unos pocos recuerdos.
Demasiado sufrimiento.
Una extraña magia los une. Ves sus sonrisas y puedes imaginar tranquilamente esos momentos a oscuras en los que el amor disfrazado descubre su rostro con besos y caricias. Un abismo separa sus manos ante miradas ajenas.
La tentación es demasiado grande, añoran los besos a plena luz del día.
Se acumulan secretos y es insoportable. Mentiras una tras otra empañan sus ojos. Dudas.
¿Merece la pena realmente? Se entrelazan los dedos de sus manos mostrando un sentimiento sincero que permanece oculto.
Son buenos haciendo su trabajo, nadie los ve, nadie los oye, nadie lo sabe y todo el mundo parece sospechar algo. Es demasiado peligroso y aun así siguen en ello.
Dudas de nuevo, siempre asaltan las dudas. Ninguno llega a dar el paso, a atreverse a afrontar lo que han echo. No sera tan fácil descubrirse ante el mundo, ellos están demasiado lejos de todo.
Las mentiras que han creado forman una gran red, acabara por destruirles...

Finalmente se mostraron al mundo, se aman a la luz del sol tímidamente, no saben darse caricias, no saben besarse. Lo primero que hicieron embargados en felicidad, incrédulos, embriagados de luz, temerosos, fue besarse. De nuevo los miro... no durara. La esperanza se perdió hace tiempo. Demasiada espera.
Demasiados secretos.
Demasiadas mentiras.
¿Se arrepentirán de haber sabido actuar tan bien como lo hicieron?
No creo que les vaya bien, solo me queda esperar.
Espero que no me ocurra lo mismo...